pasame esa birra

Todos los sábados a la noche , disfrutando de una cerveza y charlando con amigos, uno ya se ve venir ese triste panorama que inunda de tristeza las esperanzas de una noche mejor. A eso de la 1:00 am , llegando al río , la calle hirigoyen se ve contaminada por innumerables cabezas rodeando una serie de vallas encargadas de proteger a unos cuantos grasitas y floggers que venden anticipadas. Se despliegan a lo largo de toda la infraestructura , como custodiando a la gloriosa PALMERA y a la mítica insignia KU, que mira a todos desde arriba como el Dios supremo. No nos podemos olvidar de los patovicas. Con sus intensas miradas, están al acecho de cualquiera que pretenda infringir una regla establecida por el Dios supremo. A éstos los encabeza , el guardián Lázaro. Lázaro a diferencia del resto, se viste de civil, dando un aspecto de "¿intelectual?". Claro , porque usa anteojos, corbata, camisa y sube la piernita a la valla controlando todo como el rey de la selva. Una vez adentro , uno se suele encontrar con los que siempre lo frecuentan, con un número de 10 pibes cada una mina y con el constante olor a sudor , mezclado con vinagre que usan ciertas chicas para sacarse las liendres. En la pista B , gobernada por el mitológico árbol , vamos a pedir el agrio speed con vodka o licor de melón. Recorremos todo el boliche en búsqueda de las pocas señoritas que hay y casi siempre caemos en manos de las más feas. Ya cuando tu transpiración y la del muchacho con arito, pelo engrasado y camiseta de adidas que tenés al lado , se hacen inseparables, te vas al patio. Cansado de estar parado y de pelear contra la muccchhedumbre, buscas un lugar para sentarte , pero nunca hay. Son los mismos parásitos de todos los sábados , los que rellenan de ocote la fría tribuna del patio de ku. Y en la escalera tenes a las minitas vomitando , y a los discípulos de lázaro saliendo y entrando por la puerta, sumamente alterados. También son las mismas minas las que se quedan tooda la noche ahí gritando y haciendo escenas amorosas con sus varones vicente lopenses. A la salida, cuando la luz del día nos permite ver la cara de las chicas es cuando más nos espantamos. Irreconocibles dos y tres , salen paseando sus minifaldas y desilusionando a cada chabon que se apretaron. Usted lector se preguntará porque caemos los sábados a éste boliche que tantas nauseas nos provoca de solo pensar en él. Ante ésta pregunta, le puedo responder algo tan simple como : " pasáme esa birra". Esta frase fue memorada como la metáfora que representa nuestra actitud hacia al boliche, el día que nos preguntamos cómo siempre caemos en el mismo lugar. Representa la simplicidad y la cercanía de ku , además de nuestra poca voluntad para comprometernos y conocer otro lugar. Es estar semi borracho en la mesa, sin ganas de nada y al contemplar esa cerveza que tenés a menos de un metro le pedís a tu amigo que te la alcance. Dedujimos entonces que la tristeza que nos provoca el boliche es la constancia con que lo frecuentamos, pero a pesar de ésto, LO SHEVAMO EN EL CORASSON. Seguramente , cuando dejemos de ir , va a ser el que más vamos a extrañar, como ahora extrañamos a su hijo abadía. Es por eso que aunque cada vez lo visitemos menos , podemos concluir que los sábados son de KU.

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