La cena de los Gutierrez
El colectivo lo dejó a dos cuadras de su casa. Ramón Gutierrez volvía de trabajar muy cansado. El ritmo tropical y un léxico seudo guaraní le daban vida a la calle que transitaba Ramón.
Le dio trabajo abrir la puerta de entrada Al entrar al humilde hogar, se encontró con la familiar voz de Susana Gimenez y el exquisito aroma del guiso que iba a cenar. Ramón era un hombre bastante robusto, algo pasado de peso pero con un físico más bien grandote. Su test morena hacia juego con sus grandes ojos marrones y con su oscuro y corto cabello. Como de costumbre se fue a lavar las sucias manos al baño y se dirigió a la cocina donde se encontró con su mujer, Ana. Una dama de unos sesenta años, bastante gorda, canosa y con unos ojos un poco achinados. Llevaba puesto un delantal y estaba revolviendo una gran olla.
- ¿Tenés hambre, viejito?
- Si, la verdad que no doy ma. ¿y esto que e?
- Una nueva sección en el programa de Susana. E así, de preguntas y respuestas.
- Ahh, mirá vo.
Lo vió pasar a su hijo, Maximiliano. Un joven de veinte años, flaco, de una mediana estatura y una test morena similar a la del padre.
- ¿Llevaste el coche a arreglar, Maxi?
-Sí,sí. Parece que tenía un problemita con el carburador. Na, pero ya ta todo bien. En dos día está de vuelta en casa.
- Ahh, mejor así. ¿Che, no juega Boca hoy?
- Sisi a las once.
- Bueno anda llamando a tus hermanas que en dos minuto comemos.
La mesa ya estaba casi puesta. Un mantel blanco y algo sucio, un sifón de soda, la panera, la damajuana, los vasos con marcas de vino, los platos grandes, los cucharones y faltaban las servilletas y el jugo. Instantáneamente llegaron sus dos hijas. Romina era alta, flaca, morena, con unos ojazos marrones, pelo largo, lacio y oscuro, y dieciséis años. Anita tenía tan solo ocho años, era gordita, cachetona, los ojos algo achinados, muy parecida a la madre.
Ramón: Esta muy bueno negrita aah.
Ana: Gracia. A ustede, chico, ¿les gusta?
Maximiliano: Si vieja muy rico.
Ana: ¿Vos Romina? ¿No decís nada?
Romina: Sí, esta riquísimo, ma.
Ana: ¿Y como te fue en el trabajo, papito?
Ramón: Uhh, no sabé. ¿Te acordás vo de Aníbal? Buen, se cagó la mano con una máquina y le quedaron todos lo dedo mocho. Vo no sabé cómo tenía los dedo.
Ana: Aaii, ¿no me digas? ¿Y Gregorio, qué hizo?
Ramón: ¿Qué va hacer ese? Si en la fábrica hay como tre máquina que prácticamente no funcionan y nunca hizo nada. La otra ve que tuvo el incidentee… eee… ¿como e?
(Chasquea los dedos)
Ana: …¿Raúl? ...
Ramón: Sí, Raúl. Dio mio, lo que sufrió ese hombre mami. No le pagaron nunca nada, ahora esta sin trabajá, tiene como cuatro hijo. Dejate de jodé.
Ana: ¿Cómo que no le pagaron nada ? ¿Y la familia de donde come? Dejate de joder en serio.
¿Y como viajaste? Salió en el noticioso que hubo corte por la calle, por no se que con la Cristina.
Romina: Ahh, sí, yo volvía de la escuela y escuchaba como bocinas , bombo. Y dije ¿de donde viene esto? Igual después fuimos a lo de Jessi y ni bolilla, ni me quede a chusmeár.
Ana: ¿cómo anda la Jessica que hace mucho que no la vemos?
Ramón: Sí, la verdad, nena. ¿Por qué no le decís que venga a comé un día de estos?
Romina: Sí, un día de estos le digo. Lo que pasa que esha está mucho con el tema de la gimnasia viste. Ahh sí, me olvidaba, el viernes a la noche tengo el cumpleaños de un chico de la escuela.
Ana: ¿Ah sí? ¿Qué chico?
Romina: Joaquín
Ramón: Buen pibe ese. Bueno yo las llevo y después el papa de Jessica las pasa a buscar. No creo que tenga ningún problema. Igual nena, ya me tenes cansado con los cumpleañitos , te tenes que empezar a mover en colectivo. Ahh no se si el coche ya va a estar.
Maximiliano: Si, supongo que el coche ya tiene que estar.
Ana: Che no cambie que ahora baila la Nazarena. (le golpea la mano al hijo)
Maximiliano: Mira que juega boca aah.
Ana: Si falta para que juegue boca.
La familia se queda mirando la tele por unos cinco minutos. Se entretenían con los comentarios de Tinelli hasta los cortes comerciales.[1]
Ramón: ¿Y esta Nazarena con quien anda?
Ana: Y parece que anda con otro (mientras le servía más a Maximiliano)
Maximiliano: Si a esta le cabe todo jaja
Ramón: Jajaj si esta es ma gauchita es. ¿No andaba con Agostini ?
Ana: Si, estuvo con Agostini, y después con otro má, que no me acuerdo. ¿como era?
Ramón: Che contame viejita. ¿Vos qué hiciste hoy?
Ana: Y hoy fui a lo de doña Marta que necesitaba una mano con una costura. Después fui a llevá unas ropa de los chico, que ya no usan mas, para la parroquia y después fui a limpiar unas casas.
Ramón: ¿Qué, a esto de Caritas le fuiste a llevá?
Ana: No, hay una señora que va cada tanto a las villas a llevar cosas. Y yo, viste, como era ropa que ya no se usaba, ¿ para que la voy a guardá? . Mejor se la damos a los que más la necesitan.
Ramón: ¿Vos Maxi?
Maximiliano: Yo fui a llevar el coche al tashe. Después fui a laburar, y después nos juntamos a jugar a la pelota con los pibe. No sabe , paso un cheto haciéndose el gil con el coche , parecía perdido vite, le tiramo un pelotazo y le estashamo todo lo vidrio jaja.
Ramón: Que boludos que son ehh , después tienen quilombos con la policía como la otra vez.
Maximiliano: Si son unos cheto de mierda, van por la vida haciéndose los malos. Se lo merece por gato aah.
Ana: ¿Que te pasa, Anita, que no hablas?
Anita: Nada (tristemente)
Ana: Dale, hijita ... a vos te pasa algo.
Rompe en llantos. La madre la abraza y le dice que cuente lo que había pasado.
Anita: Hoy estábamos jugando en la plaza y a una nena se le trabó la mano subiendo al pasamano. Y yo la fui a ayudá, y cuando le estaba sacando la mano, apareció la hermana y me dijo… y me dijo…
Ana: ¿Qué te dijo, mi amor?
Anita: Que me vaya… negra de mierda (se tapa los ojos con las manos y llora aún más fuerte)
Maximiliano: A estos chetos de mierda los voy a matar (enojado)
Ana: ¿Y como era la chiquita esta?
Anita: Era así rubiecita, blanquita, flaca, con pequitas.
Ramón: Que pendeja de mierd … (Ana lo mira de reojo ) . Esta muy bien hijita lo que hicite vo. A pesa de que sea gente mala. Vos tene que ayudá. ( Ramón le devolvió la mirada)
Maximiliano: Sí, papá, pero son unos cheto de mierda.
Ana : ¿ Y esta chiquita que ayudaste? ¿Te dijo algo? ¿ O sólo te dijo eso la hermana?
Anita: No, no…ella no dijo nada. La hermana la agarró del brazo y se la llevó.
Ana : ¿Y algo ma te dijo o solo eso?
Romina: Bueno, ya está mama.
Ana: Callate que quiero sabe.
Anita: No a mí nada ma me dijo eso. Pero después escuché que le decía a la hermanita, no te juntes mas con estos negro y no sé qué ma.
Ramón: Bueno, no te haga mas problema, hijita. Vos lo hiciste, eta perfecto . Ahora vamo a dormir que mañana tené que ir a la escuela.
Y así termino la cena. Maximiliano y Ramón se quedaron viendo a boca y Romina y Ana se quedaron cociendo una bufanda y un gorro para el sobrinito. Anita se fue a dormir, ahora tranquila.
Le dio trabajo abrir la puerta de entrada Al entrar al humilde hogar, se encontró con la familiar voz de Susana Gimenez y el exquisito aroma del guiso que iba a cenar. Ramón era un hombre bastante robusto, algo pasado de peso pero con un físico más bien grandote. Su test morena hacia juego con sus grandes ojos marrones y con su oscuro y corto cabello. Como de costumbre se fue a lavar las sucias manos al baño y se dirigió a la cocina donde se encontró con su mujer, Ana. Una dama de unos sesenta años, bastante gorda, canosa y con unos ojos un poco achinados. Llevaba puesto un delantal y estaba revolviendo una gran olla.
- ¿Tenés hambre, viejito?
- Si, la verdad que no doy ma. ¿y esto que e?
- Una nueva sección en el programa de Susana. E así, de preguntas y respuestas.
- Ahh, mirá vo.
Lo vió pasar a su hijo, Maximiliano. Un joven de veinte años, flaco, de una mediana estatura y una test morena similar a la del padre.
- ¿Llevaste el coche a arreglar, Maxi?
-Sí,sí. Parece que tenía un problemita con el carburador. Na, pero ya ta todo bien. En dos día está de vuelta en casa.
- Ahh, mejor así. ¿Che, no juega Boca hoy?
- Sisi a las once.
- Bueno anda llamando a tus hermanas que en dos minuto comemos.
La mesa ya estaba casi puesta. Un mantel blanco y algo sucio, un sifón de soda, la panera, la damajuana, los vasos con marcas de vino, los platos grandes, los cucharones y faltaban las servilletas y el jugo. Instantáneamente llegaron sus dos hijas. Romina era alta, flaca, morena, con unos ojazos marrones, pelo largo, lacio y oscuro, y dieciséis años. Anita tenía tan solo ocho años, era gordita, cachetona, los ojos algo achinados, muy parecida a la madre.
Ramón: Esta muy bueno negrita aah.
Ana: Gracia. A ustede, chico, ¿les gusta?
Maximiliano: Si vieja muy rico.
Ana: ¿Vos Romina? ¿No decís nada?
Romina: Sí, esta riquísimo, ma.
Ana: ¿Y como te fue en el trabajo, papito?
Ramón: Uhh, no sabé. ¿Te acordás vo de Aníbal? Buen, se cagó la mano con una máquina y le quedaron todos lo dedo mocho. Vo no sabé cómo tenía los dedo.
Ana: Aaii, ¿no me digas? ¿Y Gregorio, qué hizo?
Ramón: ¿Qué va hacer ese? Si en la fábrica hay como tre máquina que prácticamente no funcionan y nunca hizo nada. La otra ve que tuvo el incidentee… eee… ¿como e?
(Chasquea los dedos)
Ana: …¿Raúl? ...
Ramón: Sí, Raúl. Dio mio, lo que sufrió ese hombre mami. No le pagaron nunca nada, ahora esta sin trabajá, tiene como cuatro hijo. Dejate de jodé.
Ana: ¿Cómo que no le pagaron nada ? ¿Y la familia de donde come? Dejate de joder en serio.
¿Y como viajaste? Salió en el noticioso que hubo corte por la calle, por no se que con la Cristina.
Romina: Ahh, sí, yo volvía de la escuela y escuchaba como bocinas , bombo. Y dije ¿de donde viene esto? Igual después fuimos a lo de Jessi y ni bolilla, ni me quede a chusmeár.
Ana: ¿cómo anda la Jessica que hace mucho que no la vemos?
Ramón: Sí, la verdad, nena. ¿Por qué no le decís que venga a comé un día de estos?
Romina: Sí, un día de estos le digo. Lo que pasa que esha está mucho con el tema de la gimnasia viste. Ahh sí, me olvidaba, el viernes a la noche tengo el cumpleaños de un chico de la escuela.
Ana: ¿Ah sí? ¿Qué chico?
Romina: Joaquín
Ramón: Buen pibe ese. Bueno yo las llevo y después el papa de Jessica las pasa a buscar. No creo que tenga ningún problema. Igual nena, ya me tenes cansado con los cumpleañitos , te tenes que empezar a mover en colectivo. Ahh no se si el coche ya va a estar.
Maximiliano: Si, supongo que el coche ya tiene que estar.
Ana: Che no cambie que ahora baila la Nazarena. (le golpea la mano al hijo)
Maximiliano: Mira que juega boca aah.
Ana: Si falta para que juegue boca.
La familia se queda mirando la tele por unos cinco minutos. Se entretenían con los comentarios de Tinelli hasta los cortes comerciales.[1]
Ramón: ¿Y esta Nazarena con quien anda?
Ana: Y parece que anda con otro (mientras le servía más a Maximiliano)
Maximiliano: Si a esta le cabe todo jaja
Ramón: Jajaj si esta es ma gauchita es. ¿No andaba con Agostini ?
Ana: Si, estuvo con Agostini, y después con otro má, que no me acuerdo. ¿como era?
Ramón: Che contame viejita. ¿Vos qué hiciste hoy?
Ana: Y hoy fui a lo de doña Marta que necesitaba una mano con una costura. Después fui a llevá unas ropa de los chico, que ya no usan mas, para la parroquia y después fui a limpiar unas casas.
Ramón: ¿Qué, a esto de Caritas le fuiste a llevá?
Ana: No, hay una señora que va cada tanto a las villas a llevar cosas. Y yo, viste, como era ropa que ya no se usaba, ¿ para que la voy a guardá? . Mejor se la damos a los que más la necesitan.
Ramón: ¿Vos Maxi?
Maximiliano: Yo fui a llevar el coche al tashe. Después fui a laburar, y después nos juntamos a jugar a la pelota con los pibe. No sabe , paso un cheto haciéndose el gil con el coche , parecía perdido vite, le tiramo un pelotazo y le estashamo todo lo vidrio jaja.
Ramón: Que boludos que son ehh , después tienen quilombos con la policía como la otra vez.
Maximiliano: Si son unos cheto de mierda, van por la vida haciéndose los malos. Se lo merece por gato aah.
Ana: ¿Que te pasa, Anita, que no hablas?
Anita: Nada (tristemente)
Ana: Dale, hijita ... a vos te pasa algo.
Rompe en llantos. La madre la abraza y le dice que cuente lo que había pasado.
Anita: Hoy estábamos jugando en la plaza y a una nena se le trabó la mano subiendo al pasamano. Y yo la fui a ayudá, y cuando le estaba sacando la mano, apareció la hermana y me dijo… y me dijo…
Ana: ¿Qué te dijo, mi amor?
Anita: Que me vaya… negra de mierda (se tapa los ojos con las manos y llora aún más fuerte)
Maximiliano: A estos chetos de mierda los voy a matar (enojado)
Ana: ¿Y como era la chiquita esta?
Anita: Era así rubiecita, blanquita, flaca, con pequitas.
Ramón: Que pendeja de mierd … (Ana lo mira de reojo ) . Esta muy bien hijita lo que hicite vo. A pesa de que sea gente mala. Vos tene que ayudá. ( Ramón le devolvió la mirada)
Maximiliano: Sí, papá, pero son unos cheto de mierda.
Ana : ¿ Y esta chiquita que ayudaste? ¿Te dijo algo? ¿ O sólo te dijo eso la hermana?
Anita: No, no…ella no dijo nada. La hermana la agarró del brazo y se la llevó.
Ana : ¿Y algo ma te dijo o solo eso?
Romina: Bueno, ya está mama.
Ana: Callate que quiero sabe.
Anita: No a mí nada ma me dijo eso. Pero después escuché que le decía a la hermanita, no te juntes mas con estos negro y no sé qué ma.
Ramón: Bueno, no te haga mas problema, hijita. Vos lo hiciste, eta perfecto . Ahora vamo a dormir que mañana tené que ir a la escuela.
Y así termino la cena. Maximiliano y Ramón se quedaron viendo a boca y Romina y Ana se quedaron cociendo una bufanda y un gorro para el sobrinito. Anita se fue a dormir, ahora tranquila.
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